Exposición

Exposición virtual de D. Emilio Pérez Piñero

EMILIO PÉREZ PIÑERO

La figura del arquitecto Emilio Pérez Piñero es conocida mundialmente por sus importantes aportaciones en el campo de las estructuras ligeras de grandes luces, al que contribuyó con su gran capacidad inventiva que dio lugar a grandes avances en estructuras desplegables, como denotan los numerosos galardones que recibió a lo largo de su corta, pero fructífera vida.   

Como consecuencia del destino de su padre, nace en Valencia el 27 de agosto de 1935, aunque al poco tiempo su familia regresa a Calasparra, de donde era originaria. Hijo de ingeniero militar, es su padre D. Antonio Pérez Ruiz quien le guía en su formación durante su infancia y primera adolescencia, antes de ingresar en el Colegio Miguel de Cervantes de Caravaca. Desde muy pronto, destaca en pintura, habilidades manuales y gran lucidez en visión espacial, llegando a construirse sus propios juguetes. Durante el bachillerato, según sus propias palabras, descubre que le es mucho más rentable ser buen estudiante y acaba esta etapa con Premio Extraordinario en el Examen de Estado. Es ahora cuando su padre le convence para que estudie Arquitectura en vez de Bellas Artes, como él pretendía.

Ya antes de acabar la carrera, en cuarto curso, su proyecto de Teatro Ambulante es elegido para representar a España en el VI Congreso de la Unión Internacional de Arquitectos que en 1961 se celebraba en Londres. Obtiene el Primer Premio y una mención especial del jurado declarando su invento como “una aportación técnica de primer orden”. Entre las personalidades más influyentes con las que se relaciona durante este periodo destacan Félix Candela y R. B. Füller, que formaban parte del jurado que le otorgó el premio de Londres.

El éxito alcanzado en Londres es tal que llega a ser recibido por el Duque de Edimburgo, esposo de la Reina Isabel II, que se interesa por su invento. A partir de este momento su nombre pasa a la esfera internacional y empieza a ser conocido más fuera que dentro de España. Decide rechazar numerosas ofertas de trabajo en el extranjero y se centra en acabar la carrera, lo que consigue al siguiente año 1962, con el número uno de su promoción y premio Aníbal Álvarez. Inmediatamente se convierte en profesor de la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid y se mete de lleno en la investigación de sus estructuras desplegables. Son años muy productivos por sus estudios y publicaciones en los que sus investigaciones avanzan a gran velocidad. Dada su habilidad para el trabajo manual, trabaja directamente sobre maquetas de metal que él mismo fabrica. Prácticamente antes de acabar un modelo ya tiene nuevas ideas que lo dejan obsoleto; inmediatamente lo documenta y lo abandona en favor del nuevo diseño. Se suceden exposiciones y concursos a nivel internacional en los que siempre queda como número uno, cabe destacar la presentación de sus trabajos en la Bienal de Teatro de Sao Paulo (Brasil), Medalla de Inventores de Bruselas, exposiciones de sus maquetas y conferencias en varias ciudades de Alemania, Japón, Inglaterra y Estados Unidos.

A nivel interno, su nombre aparece con asiduidad en prácticamente toda la prensa nacional. El Jefe del Estado lo recibe en dos ocasiones y el Ministerio de Información y Turismo le encarga su primera obra real, el "Pabellón Transportable de la Exposición conmemorativa de los XXV Años de Paz", que materializa con una de sus estructuras desplegables planas. El proyecto causa sensación y es inaugurado por el Gobierno en pleno en los patios de los Nuevos Ministerios de Madrid (1964).
Dos años después construye para el Ministerio de Información y Turismo un teatro transportable para acoger festivales con un aforo de 1800 personas. En 1967, utilizando una cúpula geodésica semiesférica y desmontable a base de discos de forma hexagonal, elabora una sala de proyección de cinerama con capacidad para 1500 espectadores.

Continúa con sus avances en el campo de sus estructuras hasta el punto que en Estados Unidos, La Nasa le pide que haga un diseño de estructura para montar un invernadero en la Luna. Se pone manos a la obra y en pocas semanas tiene listo el modelo, pero la coyuntura política española de entonces impide que el proyecto se materialice. En palabras de Félix Candela pronunciadas en su homenaje póstumo: “…hubiera sido muy hermoso y a la vez chocante, que la primera estructura construida en la Luna hubiera sido fabricada y montada íntegramente en Calasparra”. También la Armada Norteamericana se interesó por las estructuras desplegables de Emilio para construir una Base permanente en la Antártida. De nuevo se ponen en contacto con él, se pone a trabajar y cuando casi tiene una solución, de nuevo se malogra el proyecto.

En 1969 conoce a Salvador Dalí quien inmediatamente se siente cautivado por el genial arquitecto y le ofrece proyectar la cúpula de su museo, elemento más representativo del Teatro Museo. También diseña para el Museo una Vidriera Desplegable que Dalí pensaba pintar con su obra más querida y pensada, “La Santísima Trinidad”. Ninguno de los dos proyectos pudo terminarlo debido a su inesperada muerte en accidente de coche, ocurrido el 8 de julio de 1972, cuando sólo contaba 35 años de edad y regresaba de Cadaqués de una de sus frecuentes visitas al Pintor.
En reconocimiento a su trayectoria profesional, en 1972, la Unión Internacional de Arquitectos le concede el premio “Auguste Perret”, considerado por algunos como el Nobel de la Arquitectura. El galardón ya no pudo recibirlo personalmente. En septiembre de 1972 lo recibieron a título póstumo su viuda y su hijo mayor.

Fdo. Emilio A. Pérez Belda





Galería fotográfica




Fotos realizadas por Ángel Fernández Saura