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Tecnología limpia para el transporte por automóvil

La aplicación de los resultados de la investigación en tribología e ingeniería de superficies en el transporte por automóvil está alcanzando notables avances, según señalan estudios recientes.

 

Un tercio del combustible se pierde debido a la fricción del motor, la transmisión, los frenos o los neumáticos. Esas pérdidas por fricción se podrían llegar a reducir hasta en más de un 50% en los próximos 15 años gracias a las nuevas tecnologías en dichos campos de investigación, que incluyen el uso de recubrimientos y acabados superficiales avanzados, así como lubricantes de baja viscosidad, baja volatilidad y alta estabilidad a elevadas temperaturas.

 

Los aceites minerales y sintéticos utilizados en la actualidad en máquinas, mecanismos y sistemas en deslizamiento para reducir las pérdidas de energía debidas a la fricción, así como para proteger los materiales frente al desgaste, contienen algunos compuestos tóxicos y gran variedad de aditivos. Aunque son necesarios para modificar las propiedades y mejorar las prestaciones de los aceites, pueden contener compuestos de metales pesados -con derivados de azufre, fósforo y haluros- que incrementan su toxicidad y carácter contaminante.

 

Biocompatibilidad

La normativa europea ya prohibió el uso de compuestos de plomo o cloro y prevé reducir progresivamente los contenidos de fósforo y azufre en los nuevos lubricantes. Por tanto, uno de los objetivos básicos es desarrollar nuevos sistemas lubricantes y materiales que combinen unas excelentes prestaciones tribológicas -es decir, una gran capacidad para reducir los coeficientes de fricción y las tasas de desgaste-, con una alta compatibilidad con el medio ambiente e, incluso, biocompatibilidad.

 

En este contexto, y dentro de las líneas del proyecto ‘Estudio de nuevos materiales, superficies e interfaces en tribología e ingeniería de superficies’, el GERM ‘Ciencia de materiales e ingeniería metalúrgica’, de la Universidad Politécnica de Cartagena, está desarrollando nuevos lubricantes base agua, así como materiales con superficies autolubricantes, sin necesidad de lubricantes añadidos.

 

Asimismo, para los casos en que los materiales de ingeniería deben protegerse frente a la abrasión, los investigadores están generando recubrimientos protectores y materiales con capacidad de autorecuperación. Esta capacidad permite que, tras sufrir un daño superficial, los materiales puedan recuperar su estado original, autoreparándose.