La proteína granulina está implicada en importantes áreas de la salud humana, incluyendo neurodegeneración, artritis, enfermedades infecciosas, sanación de heridas y tumorigenesis. Hasta ahora, era un enigma como esta proteína podía afectar todas estas funciones vitales tan diversas.
Raquel Espin, que fuera contratada predoctoral y posdoctoral de la Fundación Séneca, es ahora profesora ayudante doctor en la Universidad de Iowa donde está llevando a cabo una investigación en la que han descubierto (Campbell et al., Blood Advances 2021), que granulina es imprescindible para que se desarrollen los macrófagos y neutrofilos, un tipo de glóbulos blancos de nuestra sangre que tienen un papel fundamental en las enfermedades descritas, lo que explica los efectos pleiotropicos de esta proteína y ayuda a su potencial uso como diana terapéutica en un futuro.