Jocelyn Bell nació en 1943 en Belfast. Siendo niña, un día visitó con su padre el observatorio de Armagh y decidió convertirse en radioastrónoma. Aprendió mucho con su profesor de Física, quien le aconsejaba: “No tienes que aprender montones y montones de datos; tan sólo aprende unas pocas cosas clave, y entonces podrás aplicarlas y construir y desarrollar sobre ellas“.
Hizo el doctorado en Cambridge en el equipo de investigadores dirigido por Hewish, trabajando en la construcción de un radiotelescopio para estudiar los quásares, pero se fijó en unos destellos que circulaban a gran velocidad en el firmamento y que emitían señales de radio. Tras detallados estudios llegó a la conclusión de que había descubierto unas nuevas estrellas, los Pulsares. Por este descubrimiento, Jocelyn Bell debería de haber recibido el premio Nobel de Física, pero se lo dieron al jefe de su equipo, Hewish, en 1974.