En muchas ocasiones, antes de comer algo ya sabemos si nos va a gustar o no. Parece magia, pero sin verlo, ni probarlo, ni tocarlo, nos imaginamos a qué sabe.
Todo este mundo de los olores, su recepción por la nariz y su llegada al cerebro fascinó durante toda su carrera a la bióloga, médica y profesora estadounidense Linda Diane Brown Buck. Por su investigación sobre este tema recibió el Premio Nobel en Fisiología o Medicina en el 2004.
Y es que el olfato es uno de los sentidos más enigmáticos. Cada célula que reconoce un olor es diferente de la que reconoce otro distinto. ¡Así hasta 10.000 olores diferentes!