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Nuevos procedimientos para combatir la ‘epidemia’ de la miopía

Las ametropías o los defectos oculares que impiden que las imágenes se enfoquen correctamente sobre la retina, como son la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo, constituyen el problema de visión más común. Afectan a todos los grupos de población, incluyendo niños y ancianos, y son considerados un reto de salud pública.

 

Concretamente, el aumento de la miopía producido en todo el mundo durante las últimas décadas es dramático y no tiene precedentes, según un estudio publicado en 2015 en la revista Nature. Hace 60 años solo entre el 10% y el 20% de la población china era miope, mientras que, hoy en día, hasta el 90% de los adolescentes y jóvenes adultos lo son. En Europa, en la actualidad, la miopía afecta a la mitad de los jóvenes adultos, el doble que hace 50 años.  

 

La corrección de las ametropías oculares es un tema de investigación que se remonta a más de siete siglos. Su evolución fue lenta hasta finales del siglo XX, momento en el que, gracias al desarrollo de los láseres excímeros-generadores de una luz ultravioleta capaz de separar las moléculas de los tejidos-, se empezaron a desarrollar con éxito nuevas técnicas para corregir dichos defectos: QueratectomíaFotorrefractiva, PRK, y Queratomileusis in situ asistida por láser, LASIK.

 

Estas técnicas utilizan la radiación láser ultravioleta para remodelar la curvatura de la córnea. En ambos casos se trata de procedimientos destructivos, invasivos e irreversibles que pueden conllevar complicaciones postoperatorias y efectos secundarios no deseados, como sequedad ocular, pérdida de calidad visual, aberraciones ópticas, pérdida de visión cercana, aumento de la sensibilidad al deslumbramiento y ectasia corneal (patología en la que hay un adelgazamiento progresivo del espesor corneal y un aumento de su curvatura).

 

Desde 1991 se han realizado más de 40 millones de operaciones de cirugía fotorrefractiva en todo el mundo. Esta elevada cifra explica el gran interés que existe en la comunidad científica por encontrar nuevos métodos no invasivos de corrección de la visión, con la consiguiente repercusión socioeconómica que puede proporcionar el avance del conocimiento científico en este campo.


En este marco, un equipo del Laboratorio de Óptica (LO·UM) del Departamento de Física de la Universidad de Murcia, liderado por el doctor Daniel Sola Martínez, está llevando a cabo un interesante proyecto de investigación, titulado ‘Nuevas rutas de procesado por láser y caracterización de tejidos oculares y materiales oftálmicos’, con el que pretende desarrollar nuevos procedimientos no destructivos de procesado láser que puedan ser utilizados en un futuro próximo para corrección refractiva. Este proyecto cuenta con el apoyo de la Fundación Séneca.


Estos procedimientos novedosos se basan en modificar la estructura de polímerosoftálmicos (lentes o plásticos especializados para óptica) y de tejidos oculares ex-vivo,obtenidos de animales sacrificados en matadero. Para ello, se utilizan pulsos láser ultracortos, con una duración de unos pocos femtosegundos (una milésima de billonésima de segundo), y óptica adaptativa. Además, para monitorizar, evaluar y controlar los cambios estructurales inducidos por la radiación láser se emplean técnicas no invasivas y no destructivas, entre las que cabe destacar la espectroscopia Raman, una metodología fotónica de alta resolución que proporciona en pocos segundos información química y estructural de un compuesto, permitiendo así su identificación.


Primera causa de disfunción visual

Los errores refractivos no corregidos son la primera causa de disfunción visual. En 2010, fueron responsables de disfunción visual en 101.2 millones de personas y de ceguera en 6.8 millones de individuos en todo el mundo. También afectan considerablemente a la economía mundial, llegando a producir pérdidas de 269 billones de dólares. En particular, en individuos de más de 50 años se superaron los 121.4 billones de dólares.

De acuerdo con estudios epidemiológicos recientes, las tendencias actuales muestran que el número de personas afectadas por miopía en todo el mundo aumentará de 1.4 billones a 5 billones en 2050, afectando a la mitad de toda la población mundial. Cerca del 10% de esta población, en torno a 9 millones, tendrán alta miopía, lo que puede dar lugar a procesos patológicos asociados con un aumento significativo de riesgo de pérdida de visión severa e irreversible.

Este alarmante aumento de personas afectadas por ametropías oculares hace especialmente relevantes proyectos de investigación como el que desarrolla el Laboratorio de Óptica de la Universidad de Murcia.

 

El proyecto Nuevas rutas de procesado por láser y caracterización de tejidos oculares y materiales oftálmicos se desarrolla en el Laboratorio de Óptica de la Universidad de Murcia, LO·UM. El equipo de trabajo lo constituyen el Dr. Daniel Sola, investigador principal del proyecto, contratado postdoctoral de la Universidad de Murcia (PIT2), y el Dr. Antonio Benito, profesor titular del departamento de Física de la Universidad de Murcia. Como colaborador externo participa el Dr. DimitriosChristaras, del Athens Eye Hospital y, como asesor científico, el profesor José Ignacio Peña, catedrático del departamento de Ciencia y Tecnología de Materiales del Instituto de Ciencia de Materiales de Aragón, ICMA.