Recuperación de variedades tradicionales de tomate para su cultivo en condiciones salinas: optimización del balance entre producción y calidad del fruto
El estrés salino afecta negativamente al desarrollo del fruto y origina importantes pérdidas de producción, aunque un efecto positivo asociado generalmente con la salinidad es el aumento de la calidad del fruto, uno de los grandes retos de la agricultura en la actualidad. Así, ante el incremento de población previsto en los próximos años y los efectos del cambio climático, los frutos pueden ser la mayor fuente de metabolitos primarios y secundarios para muchas personas.
En este proyecto se va a utilizar el tomate (Solanum lycopersicum) por ser la especie hortícola con mayor suministro de metabolitos secundarios en la alimentación por su alto consumo per capita. A ello se une la disponibilidad de variedades tradicionales adaptadas a las condiciones climáticas adversas del sureste español, y estas variedades son generalmente de mayor calidad.
El objetivo global del proyecto es recuperar variedades tradicionales de tomate adaptadas a las condiciones climáticas adversas del área mediterránea con el fin de que, junto a una producción sostenible cuando se riegan con agua salina, sean capaces de producir frutos con mayores niveles de calidad. El primer objetivo propuesto es seleccionar las variedades tradicionales de mayor interés agronómico y mayor calidad en condiciones salinas.
Para ello, se llevará a cabo la caracterización a nivel fenotípico y agronómico de la colección de variedades, y se analizarán diferentes caracteres de calidad de fruto, incluyendo parámetros de calidad externa y organoléptica y contenidos de compuestos nutricionales. El segundo objetivo propuesto es dilucidar los principales procesos determinantes de la producción y de la calidad del fruto cuando el cultivo se realiza en condiciones salinas.
Dentro de estos procesos se estudiarán aquellos implicados en la producción, como polen, cuajado y desarrollo del fruto, así como los procesos implicados en la calidad organoléptica y nutricional del fruto. Esta actividad incluye un estudio integrado a nivel metabólico y molecular de los frutos a dos estados de maduración, fruto verde desarrollado y fruto maduro. El logro de estos objetivos permitiría utilizar aguas de baja calidad para el cultivo del tomate, que son las disponibles debido al déficit hídrico de la Región, y simultáneamente obtener frutos con alta calidad organoléptica y nutricional. Los avances que se alcancen en el proyecto pueden tener una contribución muy importante no solo a nivel científico-técnico sino también económico y social.