Las lagunas costeras son ecosistemas de transición entre el mar y el continente muy abundantes a lo largo de la línea de costa, suponiendo un 13% a nivel mundial y contando con una extensión de 6400km2 en el Mediterráneo. Su geomorfología, escasa profundidad, alta irradiancia y los gradientes físicos y biológicos presentes hacen de estos ecosistemas unos de los más productivos del mundo.

Se tratan de ecosistemas clave tanto del punto de vista ecológico como desde el socioeconómico y cultural que han atraído poblaciones importantes a las zonas circundantes. Este desarrollo poblacional tiene como consecuencia el aumento de las presiones antrópicas sobre las lagunas ya que viene acompañado del desarrollo de industrias, trabajos costeros, agricultura o producción de aguas residuales que aportan nutrientes a estos ecosistemas.

Eutrofización y nutrientes

En esta línea, actualmente el enriquecimiento de nutrientes y la eutrofización son puntos clave desde una perspectiva de malfuncionamiento ecológico y de preocupación social. Sin embargo, esta preocupación, generalmente, se hace patente cuando las consecuencias de eutrofización son evidentes y se reflejan en proliferaciones masivas de algas o mortandades masivas de organismos, obviando que la eutrofización es un proceso y no un estado; este debería llamarse hipertrofia si nos referimos a una elevada concentración de nutrientes. Las lagunas costeras, partiendo desde un estado prístino, son capaces de ofrecer resiliencia al impacto antrópico a través de mecanismos de control de la red trófica que pueden incluir un flujo de nutrientes hacia el fondo de la laguna, donde se fijarán por medio de las fanerógamas y macroalgas o serán filtrados por invertebrados, la depredación ejercida por las medusas y el ictioplancton o la exportación fuera del sistema mediante intercambios con el mar abierto.

Mecanismos y interferencias

Estos mecanismos pueden, no obstante, suponer alguna interferencia con las actividades humanas. Uno de los más evidentes es el hecho de que las proliferaciones de medusas, aunque puedan mantener la buena calidad de las aguas, son molestas para los bañistas debido a las picaduras o para las pesquerías donde se suma a este primer perjuicio la interferencia con las artes pesqueras o la disminución de las capturas porque las medusas se alimentan de las fases juveniles.

Desarrollo de poblaciones de medusas

Recientemente, pusimos de manifiesto que estas lagunas costeras son ecosistemas preferenciales para el desarrollo de las poblaciones de medusas lo que se suma que este desarrollo pueda verse favorecido dada la propensión de estas áreas a los procesos de eutrofización y a las modificaciones debidas a la interacción con los humanos y el cambio climático. Esto hace que sea necesario aumentar el conocimiento que se tiene tanto de los procesos que dan lugar a las proliferaciones de medusas como del papel posterior que estas juegan en el ecosistema; algo que solo puede esclarecerse comparando diferentes especies y lagunas a fin de recoger la variabilidad existente. Debido a esto surge la posibilidad de realizar una estancia en Montpellier para poder comparar las poblaciones presentes en las lagunas del sur de Francia con las que tenemos en el Mar Menor.