Hasta hace un par de décadas, los estudios realizados en las villas romanas de la Región de Murcia han sido parciales y se han centrado casi exclusivamente en cada una de ellas de manera particular, o por medio de un enfoque simplemente descriptivo, conteniendo aspectos muy específicos de su arquitectura o decoración. Esto ha provocado su desigual grado de conocimiento y dejado de lado un análisis más exhaustivo, que permitiera un estudio comparativo entre todas ellas.

Hasta la publicación en 2019 de la monografía VILLAE. Vida y producción en el sureste de Hispania, cuya edición científica ha sido coordinada por J.M. Noguera, no se había realizado una propuesta de estudio de conjunto de este tipo de asentamientos rurales en este territorio.

Los resultados de esta se convierten en nuestro punto de partida para ir un paso más allá, centrándonos ahora en una línea de investigación que no por ser de plena actualidad, deja de hacer referencia a un proceso o fenómeno ya conocido desde la Antigüedad, como es el de las relaciones o interacciones entre las distintas poblaciones del mar Mediterráneo.

Este, como se deriva de la documentación arqueológica, ha sido la principal vía de comunicación, más segura y rápida que la terrestre, aunque en ocasiones la distancia entre dos puntos fuera mayor por mar que por tierra.

La revisión de algunos materiales arqueológicos procedentes de algunas de las villas de la región, especialmente las costeras, muestran, cada vez más, una mayor vinculación de estas con Mediterráneo occidental.

En este sentido, a través de una actuación integral sobre villae concretas como las que proponemos del litoral murciano, el proyecto pretende determinar sus rasgos caracterizadores, históricos y geográficos, y establecer una aproximación en torno a la relación entre ellas y las ciudades de las que dependen desde un punto de vista productivo, socio-económico y cultural.

Así, se pretende abordar cuestiones relativas a los recursos potenciales, el modelo de explotación de estos y el patrón económico, las relaciones que se detectan y que caracterizan el lugar, la aproximación al viario por el que transitarían población, recursos, bienes y tecnología, el desarrollo y transformaciones constructivas y ornamentales de los conjuntos arqueológicos, así como sus vínculos con otros asentamientos conocidos.

La posibilidad de definir pautas de interacción hombre-medio desde la gestión sincrónica y diacrónica, desde la evolución de los sistemas económico-productivos generados, y la recuperación de las formas de vertebración e interacción de esos asentamientos rurales costeros y su territorio, nos permitirá entender y precisar mejor las pautas de intervención sobre el medio del grupo que lo habita.

La comprensión de este proceso y la valorización de estos bienes patrimoniales, podría ayudarnos a revertir el declive y deterioro de algunos de ellos, convirtiéndolos nuevamente en lugares de producción, pero en esa ocasión de producción turístico-cultural, bajo el criterio de un desarrollo sostenible y respetuoso con el patrimonio.