Hasta la aparición de la luz artificial, la vida evolucionó en un entorno rítmico predecible en el que la luz procedía fundamentalmente del Sol. Así, se desarrollaron mecanismos endógenos, integrados en el sistema circadiano (SC), para medir el tiempo y orquestar la coordinación temporal de la fisiología y el comportamiento con el entorno rítmico.

El SC de los mamíferos se compone de un marcapasos central, situado en el núcleo supraquiasmático (NSQ) del hipotálamo, varios osciladores periféricos, y vías de entrada y salida. En condiciones naturales, la actividad del NSQ se reinicia cada día por la luz que le llega por una vía no visual, muy sensible a la luz azul de 460-480 nm.

Hoy en día, los países desarrollados están excesivamente iluminados durante la noche (Light at night, LAN), lo que afecta fundamentalmente a trabajadores a turnos y personas mayores, pero cada vez más a la población en general por la utilización de dispositivos electrónicos durante la noche. La luz artificial supone un beneficio, pero también un precio que pagar: la desorganización o cronodisrupción (CD) de nuestro SC.

Estudios epidemiológicos muestran que la CD se asocia con una mayor incidencia de diabetes, obesidad, enfermedades cardiovasculares, deterioro cognitivo y afectivo, envejecimiento prematuro y algunos tipos de cáncer. Pero no todas las luces tienen el mismo efecto dañino, la luz azul, beneficiosa durante el día ya que mejora la atención, el ánimo y el tiempo de reacción es la más perjudicial por la noche.

La exposición nocturna a luz azul está aumentando, como hemos comentado, por el uso de LEDs y pantallas de dispositivos electrónicos. Nuestros estudios previos (proyecto BFU2007-60658) sugieren que la CD por rotación de ciclos de luz de espectro total/oscuridad, aumentan el estrés oxidativo, y que la CD, por la luz continua, aumenta la malignidad del melanoma en ratones B57BL6.

Evidencias recientes (Projecto BFU2010-21945-C02-01) sugieren que el dispositivo de luz circadiana (DLC) desarrollado en nuestro laboratorio (Nº patente P201130509, recientemente licenciada a la empresa multinacional Lucibel), mediante matrices de diodos LED monocromáticos con control independiente de la emisión azul, puede generar una luz nocturna (LN) casi ¿invisible¿ para el SC pero con la misma densidad fotónica que la luz de día. La LN, saludable para el SC y que mantiene la secreción de melatonina, puede afectar al desarrollo de las tareas de los trabajadores nocturnos.

Por ello, el principal objetivo de nuestro proyecto es desarrollar a partir de dicha patente un dispositivo mejorado que contemple diferentes configuraciones de luz de día y luz de noche que permitan compatibilizar la actividad nocturna y diurna con la salud del sistema circadiano, de tal forma que podamos prevenir la CD sin afectar significativamente la seguridad y eficacia y que será objeto de una nueva patente, que podría trasladarse al tejido empresarial visto el creciente interés comercial de diversas compañías.

También pretendemos implementar las herramientas de las que dispone actualmente nuestro grupo (patente Kronowise P201031894 recientemente extendida a USA y EU y el software Circadianware, con Registro de la Propiedad Intelectual 08/2010/183) para mejorar el diagnóstico de la cronodisrupción y poder prevenir los transtornos asociados a esta enfermedad.