Nace en La Unión en 1973. En 1999 obtiene la licenciatura en biología por la Universidad de Murcia (UMU). A continuación cursa estudios de doctorado en UMU. Obtiene la suficiencia investigadora en 2002. Ese año defiende la tesina de licenciatura en la Facultad de Biología de Murcia. Entre 2000 y 2007 desarrolla su proyecto de tesis en el Dpto. de Conservación de Suelos, Agua y Manejo de Residuos Orgánicos del CEBAS-CSIC, bajo la dirección del Dr. Ing. Víctor M. Castillo Sánchez y el Dr. Gonzalo González Barberá. Obtiene el grado de doctor en 2007 por la UMU. Durante la tesis doctoral disfruta de una beca de colaboración del INUAMA en la UMU (2000-2001), de un contrato I3P del Ministerio de Educación y Ciencia (2001-2003) y de un contrato con cargo al Proyecto Europeo RECONDES (2004-2007). Entre 2008 y 2009 realiza una estancia posdoctoral en el Instituto de Botánica de Innsbruck y trabaja como consultor en conservación vegetal. En 2009 vuelve a España para trabajar en un proyecto de investigación en el CEBAS-CSIC. En el año 2010 obtiene una beca de la Fundación Séneca para realizar una estancia posdoctoral en la Universidad de Estocolmo. Su trabajo de investigación se centra en los efectos del cambio climático sobre las interacciones planta-animal, y es tutelado por el Dr. Johan Ehrlén, finalizando en marzo de 2012. Ha realizado 8 comunicaciones en congresos nacionales y 13 en internacionales. Es autor de 12 publicaciones científicas nacionales y 15 internacionales. Domina la lengua inglesa y tiene conocimientos de alemán. Actualmente se encuentra contratado por ECOSUR para colaborar durante 2012 en un proyecto del grupo de Enzimología y Biorremediación de Suelos y Residuos Orgánicos del CEBAS-CSIC. En dicho proyecto se estudia el papel de las interacciones planta-microorganismo en la productividad de ecosistemas semiáridos vulnerables a la desertificación.
Estudiamos los posibles efectos del cambio climático sobre una interacción formada por una mariposa cuyas larvas son herbívoras generalistas de crucíferas. Se pretendía así determinar el papel del calentamiento global en los posibles cambios en la interacción, derivados de tensiones fenológicas entre planta y antagonista. Para ello se llevaron a cabo tres experimentos: E1. Nos preguntamos si la mariposa tiene preferencias en el uso de 7 especies nutricias y si estas preferencias se mantienen a lo largo de un área geográfica extensa. Para contestar la pregunta muestreamos 16.967 plantas nutricias en un transecto climático Sur-Norte de 900 km en Suecia, en donde el contexto local de cada población también variaba geográficamente. Los resultados indican un cambio geográfico en la jerarquía del uso de plantas nutricias y un efecto negativo de la densidad de éstas sobre la tasa de oviposición de la mariposa. Mientras que el tamaño de la planta tuvo un efecto positivo sobre la elección de planta nutricia, la fenología tuvo efectos contrastados según la especie y la región de muestreo. Esto podría llevar a diferencias intraespecíficas en la selección fenotípica de la mariposa. E2. En el segundo experimento evaluamos si las preferencias hospedadoras bajo condiciones controladas, variaban con respecto a lo observado en condiciones naturales. Los resultados remarcan precisamente el papel del contexto local en el uso de hospedadores por la mariposa. E3. En el tercer experimento evaluamos las normas de reacción de mariposa y plantas nutricias ante un gradiente de temperaturas. Para ello cultivamos y criamos individuos a partir de poblaciones silvestres y las sometimos a 4 condiciones de incubación diferentes de 10 a 19ºC. Los resultados indican distinta plasticida fenotípica entre especies, con signos de adaptación local en varias de ellas. Esto llevaría a cambios de hospedador ante el cambio climático, mediado por variaciones fenotípicas relacionadas con la fenología
Lo más destacable es la identificación y cuantificación de diferencias inter- e intraespecíficas en los rasgos fenotípicos de selección de hospedador por la mariposa, con un patrón geográfico diferente según especie. Así mismo, se pone de manifiesto la importancia del estado fenológico en el patrón de selección de hospedador por la especie antagonista. La diferente plasticidad fenotítipa (no solo en estado fenológico sino también en rasgos morfométricos) observada entre especies y poblaciones geográficas puede dar lugar a un mosaico geográfico de interacciones ante fuerzas selectivas como el cambio climático, que podría producir cambios cualitativos y cuantitativos a largo plazo en la interacción estudiada. Los resultados pueden ser aplicables a otros modelos de interacción antagonista de tipo generalista, sobre todo entre plantas e insectos, por la especial sensibilidad a las condiciones climáticas de éstos últimos, como organismos poiquilotermos.
