A veces es más importante que una prenda de vestir nos proteja a que sea de última moda. Policías y militares deben llevar bajo su uniforme un chaleco antibalas que ya no tiene nada que ver con las incómodas armaduras de los guerreros de otros tiempos.
El tejido con el que están fabricados estos chalecos se llama kevlar, una fibra de color dorado cinco veces más resistente que el acero inventada por la química polaco-estadounidense Stephanie Kwolek.
Desde muy pequeña disfrutaba con las clases de ciencias. Cuando terminó el Bachillerato empezó a trabajar en una industria química. Tal era su curiosidad, que a los cuatro años la trasladaron al Departamento de Investigación de fibras textiles. Cuando descubrió esta sustancia pensó que era un error, porque la mayoría de materiales similares al kevlar son viscosos y no cristalinos.
En la actualidad el kevlar se usa también para la fabricación de cables submarinos, cascos y frenos de coches.