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La científica de la metamorfosis del óvulo fecundado para convertirse en una criatura tan compleja como el ser humano.
Christiane Nüsslein-Volhard es bióloga del
desarrollo, nacida en Alemania en 1942. Estudió biología, física y bioquímica en la Universidad de Frankfurt y dos años después
de doctorarse entró en el Laboratorio de
Walter Gehring. Pretendía estudiar de qué
manera los genes influyen en el desarrollo
de los organismos, convirtiendo un huevo
en un embrión con sus partes diferenciadas,
y cómo aquellos genes pueden causar defectos en ese embrión.
Para ello, Walter y Christiane analizaron las
mutaciones embrionarias de la mosca de la
fruta (la drosophila melanogaster) extrayendo importantes conclusiones, siendo los primeros científicos que utilizaron este insecto
en sus investigaciones. ¿Y por qué la mosca de la fruta? Por el alto número de huevos en cada puesta, la rapidez con que se
reproducen (permitiendo que se puedan estudiar muchas generaciones en un corto espacio de tiempo) y la facilidad con la que se
detectan los individuos con alteraciones genéticas (llamados mutantes). Otra ventaja
más: aunque parezca sorprendente, existe
una gran similitud entre los genes de la mosca y los genes humanos.
Estudiando las diferencias entre los genes
de las moscas normales y las que mostraban malformaciones, lograron averiguar qué
genes intervenían en el desarrollo de partes
específicas del organismo. Su investigación
les permitió comprender aspectos importantes de los genes del desarrollo en vertebrados, sobre todo en humanos, y aportó nuevos conocimientos sobre la patogénesis
del cáncer.
En 1995 recibió el Nobel de Medicina por
sus descubrimientos sobre el control genético del desarrollo precoz del embrión. Con el
dinero que recibió del Premio creó en 2004
la Fundación que lleva su nombre, con el
objetivo de estimular a mujeres jóvenes científicas alemanas a dedicarse a la investigación, ofreciéndoles ayuda financiera y para el
cuidado de sus hijos.
En 1985 Christiane fue nombrada directora
del Área de Biología del Desarrollo del Instituto Max Planck, convirtiéndose en una de
las pocas mujeres directoras de Laboratorio del Instituto.