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Estrategias de protección contra el melanoma

La piel sufre frecuentes agresiones químicas y físicas, entre las que destaca la radiación ultravioleta (UVR) de origen solar, causante de unos tres millones de casos de cáncer de piel al año, siendo el más agresivo el melanoma. Este surge cuando adquieren carácter maligno los melanocitos epidérmicos, células productoras del pigmento llamado melanina, que protege al organismo de efectos letales de cierto tipo de radiación.

 

La Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) registró, en 2020, cerca de 6.200 nuevos casos nacionales de melanoma, que causa unos 28.000 fallecimientos anuales en Europa.

 

Cuando se diagnostica precozmente, puede eliminarse por cirugía y su pronóstico es bueno. “Desafortunadamente, el melanoma se detecta a menudo tras la aparición de metástasis, con un pronóstico muy pobre. Por ello, debemos comprender mejor la biología de este tipo de cáncer para desarrollar estrategias preventivas, diagnósticas y terapéuticas eficaces”, asegura José Carlos García-Borrón, del grupo ‘Melanocitos’ del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular B e Inmunología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Murcia e investigador principal de un proyecto sobre melanoma apoyado por la Fundación Séneca.

 

Variaciones en la secuencia de ADN

El grupo que lidera el profesor García-Borrón estudia la relación del gen MC1R con el melanoma. Este gen es muy polimórfico y ya se han descrito más de 200 alelos: variaciones o versiones en la secuencia de ADN de un gen. Algunos alelos frecuentes en población de origen europeo se asocian a un fenotipo de piel feomelánica, pecas abundantes, cabello pelirrojo o rubio, escasa capacidad de bronceado, sensibilidad a quemaduras solares y mayor riesgo de melanoma.

 

“Hemos demostrado que los principales alelos variantes de MC1R y las formas de procesamiento alternativo del gen codifican proteínas con pérdida de función y a menudo menos estables, cuya asociación con melanoma parece parcialmente relacionada con la incapacidad de inducir defensas antioxidantes en células epidérmicas”, indica que el investigador. El estudio también ha permitido verificar que la inhibición de la expresión de MGRN1 induce inestabilidad genética y altera la forma y movilidad de las células de melanoma murino, haciéndolas menos agresivas.

 

En melanocitos humanos, “una expresión baja de MGRN1 se asocia también a menor agresividad del tumor, evidenciada por una supervivencia más larga de los pacientes. Actualmente estamos estudiando las bases moleculares del efecto genoprotector de MC1R y MGRN1, y la posible utilidad de esta última proteína como marcador en melanoma humano”, añade José Carlos García-Borrón, quien confía en que los resultados del proyecto contribuyan al diseño de estrategias fotoprotectoras eficaces y a la identificación de un nuevo biomarcador para melanoma.

 

Receptor de melanocortina 1 y poliaminas como determinantes fenotípicos de melanocitos y células de melanoma es el título del proyecto dirigido por José Carlos García-Borrón Martínez, del grupo ‘Melanocitos’ de la Universidad de Murcia, ‘GI2010/104’ del IMIB. Departamento de Bioquímica y Biología Molecular B e Inmunología, Facultad de Medicina, Universidad de Murcia.