Patametesitopico y D. Rogelio andan construyendo un telescopio. Para construirlo utilizan el libro de Galileo Galilei. Don Rogelio, como siempre, está enredando más que ayudando. Quieren construir el telescopio porque están deseosos de contemplar un eclipse de sol que se va a producir al día siguiente.
En estas andan cuando, en una primera observación del cielo, descubren que Plutón, un explaneta malcriado, ha robado la Luna. Está enfadado con los humanos porque lo han degradado a un simple astro pues lo ven muy pequeño.
Mientras Patametesitopico se queda vigilando el telescopio, D. Rogelio va en busca de Marta y Nina para que les ayuden. Las despierta y emprenden un extraordinario viaje por el espacio. Tienen poco tiempo, sólo una noche.
Plutón ha dejado algunas pistas: Encontraran tres sílabas de una palabra, está palabra les dirá donde está la Luna. Cada sílaba está en un sitio (un planeta, un cometa, un agujero negro). Plutón las ha puesto ahí, para que se pierdan y desaparezcan. Finalmente en el último minuto, en el último segundo, en el último instante… consiguen desenredar la palabra y encontrar la Luna. Habrá eclipse Lunar

Kika era una ratita solitaria, soñadora, de las que siempre tienen la cabeza “llena de pájaros”. Un día, barriendo la puerta de su casa, encontró una moneda de oro y esto cambió su vida. ¿Qué haría con ella? ¿Comprarse un lazo y buscar novio, como hizo la ratita del cuento que tanto le contó su madre? ¿Comprar golosinas o pasteles para que se le picaran los dientes? ¿Se lo gastaría todo ella sola? Todas estas preguntas y muchas más se hizo y finalmente su decisión fue sorprendente, alucinante, increíble… , llena de solidaridad y responsabilidad, pero propia de una ratita soñadora.

“Marcelo se levantó una mañana y descubrió que el pozo de su casa se había secado. Su abuelo le había dicho: ‘Hijo mío si algún día no vieras tu imagen reflejada en el agua, dejarás de existir'. Desde entonces Marcelo, se mira todos los días en el agua limpia del pozo. Pero esa mañana, no había agua en el fondo del pozo. Su fiel amigo Raimundo, un caballo percherón que le ayuda en las labores del campo, le sugiere que baje al fondo del pozo, allí seguro que encontrará el problema y podrá solucionarlo. Marcelo, sin más dilación, se dispone a salir a la aventura. Ayudado por Raimundo llega al fondo del pozo y allí encuentra a un Duende que le estaba esperando. Marcelo queda muy sorprendido al descubrir que es el Duende el que le ha cerrado ‘grifo del agua del pozo' ¿Por qué? Pues muy sencillo, porque tanto Raimundo como él han hecho un mal uso del agua jugando con los globos de agua, lavándose los dientes sin cerrar el grifo y abriendo la manguera y no cerrándola nunca. Así que si quieren volver a conseguir el agua del pozo, tendrán que descubrir tres adivinanzas y, además, conseguir un trocito de cada una de las soluciones. Marcelo no se desanima y se dispone a viajar para conseguir las tres adivinanzas. La primera es: ‘con el agua se hace y en el agua se deshace' . Después de mucho discurrir descubre que la solución es la nieve y se dirige, viajando en su cometa, al monte helado para conseguirla. Allí el Eco le ayudará a descubrirla. Más tarde y, una vez conseguido el primer objetivo, viaja en una nube hacia las copas de un bosque frondoso. Le está esperando el Sauce Llorón, al que tiene que convertir en risón por que sino, no le va a decir la segunda adivinanza. Marcelo descubre que éste tiene cosquillas y consigue que el Sauce le diga la segunda adivinanza: ‘unas van y otras vienen/ y bajo el cielo se mantienen' . Después de algunas dudas consigue descubrir que la solución son las nubes. Encuentra un trocito de nube allí mismo y se dispone a viajar a su última aventura: el oscuro bosque. Cuando Marcelo cae en lo más profundo del bosque cree tropezar con una piedra. Nada más lejos de la realidad, el animal con quien ha tropezado es la tortuga Maruchi, justo quien le tiene que decir la tercera adivinanza: “el fuego me tiene miedo/ las plantas me quieren tener/ mojo todo lo que toco/ y me toman cuando tienen sed”. La tortuga le ayuda a encontrar la solución y los dos se disponen a viajar a la playa para encontrar un poquito de agua. Una vez descubiertas las tres soluciones, el mismo Duende, le dice que tiene que arrojarlos por el pozo mediante las siguientes palabras mágicas:

Para la 1ª solución: “Si el agua bajo cero viene/ sus gotas se convierten en nieve”

Para la 2ª solución: “Si el sol calienta el agua sube/ y se convierte en nube”

Para la 3º solución: “Pero si el agua quieres beber/ líquida la has de beber”

Y después de arrojadas las tres soluciones y cómo por arte de magia el pozo vuelve a llenarse. Alegres y contentos Marcelo y Raimundo vuelven a casa prometiendo no derrochar agua nunca más. Y colorín colorado este cuento se ha acabado.”