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Pero, ¿cómo podemos aprender a ahorrar energía?

‘Ahorra energía, reduce tu contribución a las emisiones de gases de efecto invernadero y tu huella medioambiental’ … son recomendaciones que leemos a diario, pero ¿sabemos realmente de qué se trata?

 

Estas iniciativas de concienciación han llegado a una sociedad que en gran medida no sabe qué significa ni cómo hacerlo, ya que la energía es un concepto bastante complejo. En el año 2013 se publicó una escala formal para medir la alfabetización energética, un concepto que representa cuánto sabe una persona sobre energía: qué es, cómo se mide, de dónde sale, etc.

 

La investigación de este proyecto, llevada a cabo por Alfonso Ramallo-González, del Departamento de Ingeniería de la Información y Comunicaciones de la Universidad de Murcia, está relacionada con este concepto, ya que sus impulsores defienden que no se puede ahorrar un recurso que no se sabe exactamente lo que es. Y se basan en la teoría de Lord Kelvin, el científico británico que desarrolló las bases de la termodinámica manifestando que ‘solo cuando puedes medir lo que estudias con números tienes un conocimiento real’.

 

En este caso, Kelvin estaba hablando sobre la electricidad, pero en la línea de investigación que realiza el departamento la cuantificación se realiza a las medidas de ahorro energético en edificios; especialmente, aquellas que surgen a partir de un cambio de comportamiento en los usuarios del mismo. Solo de esta manera, sabiendo el impacto de las medidas de ahorro, se pueden seleccionar y promover las que tienen mayor potencial. De la misma manera, se puede informar a los usuarios de los edificios de cómo ahorrar energía de manera eficaz, mejorando así su alfabetización energética.


Los modelos termodinámicos que se usan en la investigación no son aún muy populares en España, pero son la norma en los países de nuestro entorno y su uso va en aumento en el territorio nacional, por lo que, con un conocimiento adquirido tras años de investigación, ahora van a llevar a cabo un experimento en el que se ha hecho un despliegue de sensores en edificios de la Universidad de Murcia que suman más de 400 dispositivos. Sensores de los que obtendrán temperaturas, niveles de dióxido de carbono, consumo eléctrico y muchas otras variables en tiempo real.

Unos resultados que están por llegar, pero con los que esperan una reducción del consumo de energía que podría llegar al 20% sin gastar un solo euro en infraestructura.

 

 

 

Alfonso Ramallo González; es contratado del Programa Regional 'Saavedra Fajardo' de la Fundación Séneca en la Universidad de Murcia