La melamina es un compuesto orgánico usado en resinas, plásticos y pegamentos, pero por su alto contenido en nitrógeno fue usado como adulterante de productos lácteos infantiles conllevando un fraude alimentario y un peligro toxicológico. Tras una serie de alertas alimentarias en 2008 en las que se vio perjudicada la salud de algunos niños, la UE fijó en 2012 el contenido máximo de melamina en productos alimenticios y bajó este límite aún más para productos leche en polvo para lactantes. Cristina Campuzano Gallego, disfruta de una beca de la Fundación Séneca en el Centro Tecnológico de la Conserva, donde está investigando la búsqueda de la metodología óptima para la detección y cuantificación de melamina en alimentos estableciendo un protocolo de extracción del compuesto para su posterior detección en equipos cromatográficos.