Floridablanca

ponencias
Esteban Conde

Esteban Conde Naranjo / Floridablanca, "protector de las letras, limosnero de literatos"

(1.El juez rigurosísimo/ 2.La literatura virtuosa/ 3.Las virtudes de la literatura)

De José Moñino apenas nos ha llegado un puñado de textos impresos, la mayoría dados a la prensa póstumamente (e inicialmente concebidos para su uso restringido). No se le podría calificar de prolífico 'escritor público', pero tampoco cabría afirmar que la imprenta le resultase ajena. En su ocupación como fiscal del Consejo de Castilla ya tuvo ocasión de familiarizarse con el ejercicio de la censura previa, que precisamente en la década de 1760 adquiría nuevos significados y nuevo impulso, ambicionando la redacción 'a varias manos' de un discurso digno de la licencia regia, de la incorporación a un espacio público progresivamente absorbido por la policía borbónica. Al frente de la Secretaria de Estado, y en tándem, prácticamente simultáneo, con Campomanes, por entonces Gobernador de aquel Consejo, pudo desarrollar ampliamente su participación y liderazgo en el control (represión-fomento) de la imprenta. Durante esos quince años y pretendidamente desde el más alto secreto, compartido con Eugenio Llaguno se mantuvo en estrechísimo contacto con impresores y escritores (Capmany, Covarrubias, Forner, Llorente o Melón son sólo algunos de los más conocidos), llevó las riendas de una creciente regulación de la materia, dirigió proyectos literarios, repartiendo ayudas, instrucciones y reproches, experimentó dudas y acarició intrigas... antes de cualquier momento de 'pánico' o de un cuestionable 'cordón sanitario'. Los papeles conservados en el madrileño Archivo Histórico Nacional (secciones de Consejos y Estado) permiten describirle como representante central de la actitud ilustrada hacia la letra impresa, asumida -finalmente admitida, tendencialmente acaparada- como vehículo de una 'sólida' instrucción y objeto apetecible del comercio.


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