Científicos del laboratorio de Cronobiología de la Universidad de Murcia (UMU) y del Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria (IMIB), en colaboración con el grupo de Cronobiología de la Universidad de Surrey (UK), han analizado cómo se adaptan los ritmos internos de una persona cuando deja de recibir señales cíclicas ambientales y contactos sociales.