En el último tercio del siglo XIX, el avance regeneracionista en la España de la Restauración, sobre todo en lo que se refiere a renovación científica y cultural, fue conseguido, en parte, gracias a la asociación de sus intelectuales en sociedades científicas privadas. La más antigua de ellas que sigue funcionando en la actualidad, la Sociedad Española de Historia Natural – fundada en 187- logró en pocos años ser el lugar de convergencia de los naturalistas españoles y que sus publicaciones fuesen conocidas y prestigiadas en los ambientes científicos extranjeros.
En Murcia, durante el siglo XIX, la escasa actividad científica estuvo vinculada institucionalmente a algunos centros de enseñanza, como el Seminario Conciliar de San Fulgencio o el Instituto de Segunda Enseñanza, y a otros centros académicos, como las Reales Sociedades Económicas de Amigos del País o las Academias de Medicina. Hasta 1915 no se crea la Universidad, que, tras diversas vicisitudes, logra consolidarse y capitanear el desarrollo científico murciano. Igualmente importante es la actividad científica que se desarrolla al margen de esas instituciones.
El deseo de renovación cultural y científica de la sociedad civil murciana se demuestra por el conjunto de sus naturalistas en la Real Sociedad Española de Historia Natural, cuyo número, en el periodo estudiado, fue próximo al medio centenar. Entre los nacidos en la región y los vinculados a ella por sus trabajos se encuentran destacados nombres de la ciencia española, pioneros en diferentes disciplinas, junto a otros menos conocidos. El recuerdo de sus nombres y el relato de us apasionada trayectoria investigadora es el principal objetivo de estas páginas.
