Región de Murcia
Fundación Séneca
FSE
Resumen:

Un día como hoy, 17 de junio de 1950, tenía lugar en un hospital de Chicago el primer trasplante de riñón de nuestra historia. En el año 1950 la idea de trasplantar órganos no era nueva. De hecho, se habían trasplantado con éxito huesos, piel, nervios, tendones y córneas de los ojos, pero nunca hasta ese día un órgano vital como el corazón, el páncreas o el hígado, había sido tomado de una persona para ponérselo a otra, debido a los innumerables problemas que esto conllevaba. El riñón fue el primero de los órganos vitales en ser trasplantado.

    El primer trasplante se llevó a cabo en una mujer de 44 años, Ruth Tucker, que padecía un trastorno hereditario en el que se formaban múltiples quistes en ambos riñones, y que prefirió arriesgarse a esperar pasivamente la muerte. Después de pasar 5 semanas en el hospital, aquella mañana del 17 de junio se notificó la disponibilidad de un riñón procedente de una mujer que había fallecido de cirrosis. La operación fue un éxito y un mes después Ruth se marchaba a casa y reanudaba su vida normal. Un verdadero milagro, y hasta aquí, una historia con final feliz.

    Lo cierto es que el segundo capítulo fue algo más complicado. El riñón trasplantado funcionó sólo 53 días. A los diez meses de la operación, se encontró que estaba encogido, descolorido y que había sido rechazado, por lo que tuvo que ser extraído. Sin embargo, Ruth vivió otros 5 años y falleció por un problema coronario sin relación con sus riñones. Esto fue posible porque los trasplantes de riñón no se hacen sustituyendo los riñones enfermos. Estos no son extraídos. El riñón nuevo se coloca en la pelvis, en la llamada fosa ilíaca, esa especie de cavidad que tenemos más abajo del hueso de la cadera. Es una operación mucho más sencilla y con muchos menos riesgos. Los casi 2 meses que el riñón nuevo de Ruth funcionó permitió a uno de sus riñones enfermos “descansar” y recuperar parte de su función, lo que hizo posible su supervivencia.

    Al principio de los años 50, los primeros pacientes trasplantados experimentaban, como Ruth Tucker,  una buena recuperación tras la operación, pero más tarde fallecían debido al rechazo del nuevo órgano, por eso sólo se hacían trasplantes cuando la única alternativa del paciente era la muerte, y procurando que el donante fuera un familiar, caso en el que el rechazo era menos frecuente o tardaba más en producirse.  El futuro de los trasplantes no parecía muy feliz. Al mismo tiempo que estos trasplantes comenzaban su andadura, un médico en Gran Bretaña estudiaba sin descanso la causa de ese rechazo, hasta concluir que esta reacción del organismo ante un tejido extraño era de hecho una respuesta del sistema inmunológico, descubrimiento que le valió el Premio Nobel.  Hoy día todos los trasplantados toman de por vida medicación inmunosupresora que permite que sus nuevos órganos funcionen en la mayor parte de los casos durante años. La vida media de un riñón trasplantado oscila actualmente entre los 10 y los 15 años, lo que significa que hay personas que sufren rechazo agudo muy poco tiempo después de la operación, y otras que viven con su riñón más de 30 años.

 

 

Fuente:

Otros

Tipo de Noticia:

Pildora 50 segundos

Sección:

Efemérides y Agenda

Fecha redacción:

Martes, 17 Junio, 2014

Fecha estimada:

Martes, 17 Junio, 2014

Fecha emisión:

Martes, 17 Junio, 2014

Palabras clave:

trasplante de riñón, trasplante, Ruth Tucker

Emisión confirmada:

si


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