Entre 1778 en que, con dieciocho años, el joven José Vargas Ponce se presentó al concurso de la Real Academia Española con un elogio a Felipe V, y 1821, año en que murió en Madrid siendo diputado de las Cortes constitucionales, la carrera literaria y política del marino y erudito gaditano transcurrió siempre en relación estrecha con el Estado, con el gobierno y con el servicio público. Su trayectoria es modélica en cuanto a las relaciones de los intelectuales ilustrados con el poder y con la sociedad y representa a la perfección los altibajos y los traumas que esas relaciones experimentaron en el entorno del reinado de Carlos IV y la posterior crisis de la Monarquía. En esta ponencia, tomando a Vargas como ejemplo -y también como intérprete- de esas vicisitudes, se ilustra el proceso de "nacionalización" de los intelectuales, paralelo al que experimentan el resto de piezas del Antiguo Régimen en el paso a una sociedad moderna, abierta y crítica. Se hará particular hincapié en la figura intelectual de Vargas Ponce como servidor del gobierno y en su trato con los sucesivos ministros y situaciones políticas.