Las plantas transpiran

Se entiende por transpiración la pérdida de agua, en forma de vapor, a través de las distintas partes de la planta, si bien se realiza fundamentalmente por las hojas. La transpiración es una consecuencia indeseable de la fotosíntesis. Para que las plantas puedan realizar la fotosíntesis, que es un proceso esencial para su nutrición, tienen que abrir unos pequeños poros existentes en sus hojas llamados estomas. De esta forma pueden tomar el CO2 atmosférico necesario para realizar este proceso. Sin embargo, al abrir estos estomas pierden agua irremediablemente, proceso conocido como evapotranspiración. Este agua perdida debe ser repuesta mediante agua absorbida en las raíces y transportada hacia las hojas a través del xilema. La tasa de transpiración se puede medir mediante un artilugio llamado potómetro.

Un potómetro es un dispositivo que mide la velocidad a la que una planta extrae el agua. Dado que la planta extrae el agua que se pierde por transpiración y son capaces de medir la tasa de transpiración. Los elementos básicos de un potómetro son:

• Una planta de corte
• Una pipeta calibrada para medir la pérdida de agua
• Una longitud de tubo de plástico transparente
• Un sello hermético al aire entre la central y el tubo lleno de agua

Una vez insertada la rama en el dispositivo, en unos 30-40 minutos seremos capaces de observar cómo el agua ha descendido en la pipeta. Realizando una estimación de la superficie foliar de las hojas empleadas (mediante papel milimetrado) y realizando un sencillo cálculo obtendremos la tasa de transpiración.

También podremos ampliar este experimento comparando las tasas de transpiración de distintos tipos de plantas (adaptadas o no a la sequedad) o en distintas condiciones ambientales.