Nace en Murcia en 1992. En 2018 obtiene el grado de Historia del Arte por la Universidad de Murcia. A continuación cursa el máster de Formación del Profesorado en la Universidad Católica de San Antonio, obteniendo el título en 2019. En 2021 consiguió un contrato predoctoral FPI/Séneca para realizar su tesis doctoral en la Universidad de Murcia, asociada al proyecto "Estudios Visuales: Imágenes, Textos, Contextos". En el año 2024 obtiene una Beca Fulbright para realizar una estancia investigadora predoctoral en la Universidad de California en Santa Cruz. Ha realizado estancias externas en la École des Hautes Études en Sciences Sociales y la Université Paris 1 Panthéon-Sorbonne. Posee comunicaciones en congresos nacionales e internacionales, así como publicaciones científicas en revistas de carácter nacional e internacional. Domina la lengua inglesa, italiana y francesa.
Los debates en torno al selfie han oscilado desde su propuesta como heredero del autorretrato hasta quienes anuncian sus particularidades específicas (usos sociales, dimensión conversacional, contexto red) como signos de un distanciamiento del mismo. De esta manera, el selfie suscita múltiples preguntas: ¿es un gesto narcisista?; ¿el resultado de una democratización de la representación?; ¿o, por contra, un síntoma de la sujeción a la hipervigilancia? El selfie parece erigirse como un problema tridimensional: de autorrepresentación (debido a su compleja localización en la historia del retrato), técnico (debido a su vínculo con el uso de las tecnologías móviles) y de visibilidad (en tanto que imagen en la que el autor deviene hipervisible).Partiendo de estas problemáticas, nuestro trabajo analiza las lógicas especulares y porosas de la identidad, alteridad y las relaciones de poder, envueltas en la mirada "sélfica". Para ello, consideramos las teorías sobre conformación de la identidad y la alteridad en la mirada, en autores como Jean-Paul Sartre o Jacques Lacan, reinterpretados además por autoras como Laura Mulvey o Kaja Silverman; una mirada corporeizada que, trascendiendo lo visual, involucra aspectos táctiles y carnales de la experiencia (siguiendo a Merleau-Ponty). El selfie, por tanto, no sólo constituiría un encuentro especular con el Otro en la contemplación y la performatividad de nuestra identidad alterizada (posibilitando una relectura comunitaria del narcisismo); también se erigiría como pantalla porosa capaz de tocar e incidir en ese Otro, ahondando en la potencia intersubjetiva de la imagen.
Universidad de California, Santa Cruz
History of Art and Visual Culture
La Universidad de California, Santa Cruz cuenta con abundantes recursos que pueden beneficiar enormemente mi proyecto. El Departamento de Historia del Arte y Cultura Visual cuenta con una comunidad impresionante e intelectualmente progresista de académicos, muchos de los cuales trabajan en áreas relacionadas con mis intereses de investigación. Asimismo, el Departamento de Historia de la Conciencia tiene una rica tradición de investigación innovadora y progresista en las áreas de filosofía continental, retórica y estudios culturales, mientras que los departamentos de Cine y Medios Digitales sobresalen en una investigación visualmente orientada, crítica y comprometida con la intersección entre identidad y visualidad. Asimismo, la biblioteca institucional, como parte del sistema de la Universidad de California, ofrece acceso a una enorme cantidad de volúmenes y bases de datos.
Mi interés por la UCSC no es arbitrario. Si EEUU ya había constituido el centro neurálgico de los Estudios Visuales, disciplina que apuesta por una perspectiva integradora de la Historia del Arte con otros campos, entendiendo la imagen como convergencia con discursos, instituciones, tecnologías, etc; han sido especialistas como Derek Murray y su departamento quienes han retomado el testigo de teóricos como W. J. T. Mitchell.
El interés por investigar en Estados Unidos, cerca de los académicos y entornos que habían abierto y promovido mi campo de investigación. También, el interés por conocer más la cultura norteamericana, algo que personalmente me apasiona, y que en cierto modo está definiendo el devenir del mundo tal y como lo conocemos (una dinámica que atraviesa y he podido observar en mi propio trabajo).
Desde el punto de vista científico, es una absoluta maravilla: mi experiencia hasta ahora en la UCSC ha sido sólo positiva. La oferta académica es inmensa, las posibilidades que da la biblioteca a la hora de investigar o acceder a artículos son amplísimas, hay múltiples foros o eventos académicos cada semana. Las instalaciones del campus, además, (en mitad de un bosque de secuoyas rojas) convierten la rutina de venir a trabajar en un auténtico lujo. Me siento profundamente afortunada por estar aquí.
En lo personal, también estoy contenta: Santa Cruz tiene una comunidad muy acogedora y amable. Ya he formado vínculos con otros Visiting Researchers con los que comparto mi estancia, y eso nos permite disfrutar todas las posibilidades no académicas que ofrece la UCSC: encuentros, asociaciones, conciertos, excursiones... No podría dejar de recomendar esta experiencia.